Revista Fisiopatología y Diagnóstico Médico Revista Digital bimestral
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Resumen: Es bastante conocida la acción protectora a nivel gástrico del vino tinto y hay una infinidad de estudios que resaltan sus beneficios frente a las patologías coronarias, pero se suele olvidar que el hígado es el que se encarga de metabolizar el 90% del alcohol ingerido, una cantidad enorme obviamente, que siempre y cuando el susodicho no sobrepase la capacidad depurativa que tiene este, puede seguir funcionando sin problema alguno. Estos estudios mencionan que el consumo moderado del mencionado no es negativo, sin embargo, ¿cómo podemos saber cuál es la cantidad adecuada?, es algo complicado de afirmar, pues el daño hepático por alcohol depende de factores propios de la persona, y por supuesto puede existir daño hepático por alcohol incluso en las personas que nunca se han embriagado. Una de las grandes problemáticas que encontré en estos estudios es que no se toma en cuenta la capacidad adictiva de la sustancia, de cómo se vuelve tolerante y después dependiente, de cómo afecta al cerebro y de cómo obviamente su consumo diario podría conllevar a cierto grado de alcoholismo, y por supuesto, estudios recientes afirman que todos los “beneficios”, rápidamente se ven convertidos en perjuicios una vez la persona consuma en exceso, así sea una vez al mes. El mismo estudio menciona que eso sólo podría ser beneficioso para personas que oscilen entre 40-60 años, pero que el ejercicio y una dieta correcta es mucho mejor para ellos, también se dice que en personas jóvenes no representa una utilidad considerable, no va más allá de un efecto protector en las comidas, pero esto puede ser fácilmente mediado con la buena higiene y balance nutricional. En este ensayo no pretendo desestimar ninguna de las fuentes empleadas, sólo doy mi opinión basándome en estas, recalcando mi desacuerdo objetivo hacia las afirmaciones de su necesidad en la dieta alimenticia.
